¿Quién dijo que los automóviles no tienen sentimientos? Para vender su auto usado, un creativo argentino impactó con un video que se hizo viral en las redes.
“Mirame bien, soy apenas un auto usado pero yo también los usé a ellos”, así comienza el video titulado “Se vende solo” creado por el redactor creativo Diego López Calvo de 46 años. El argentino es el guionista, locutor y realizador del video cuyo protagonista es un Peugeot 206 que “habla” en primera persona y menciona sus virtudes y defectos en la búsqueda de un nuevo dueño.
El video que tiene una duración aproximada de tres minutos, fue publicado en las redes por su autor quien buscó una manera creativa de vender su auto y nunca imaginó la popularidad que lograría.
EL COMIENZO
Su necesidad de ahorrar para mudarse lo llevó a escribir el guión que le da vida al auto. “Lo que tenía en casa era un celular dispuesto a hacerme la gamba y unas ganas enormes de escribir un poco, aprovechando una bendición que pocas veces se presenta: esta vez nadie más que yo iba a aprobar el guión”. Pensando en cada sector del auto y dándole vida a cada uno de ellos, comenzó a escribir frases aisladas que luego hilvanadas formaron el relato. Diego usó sus madrugadas y ratos libres para llevar a cabo el video a lo largo de un mes, como locación principal usó la casa de sus padres, donde aprovechaba a lavarlo para hacer los planos. “Escribí todas las frases que me iban gustando y me generaban lo que llamo “la patadita”, es decir, ese golpecito de alegría que te da en el pecho cuando leés algo que te llega y te parece que va a funcionar”.
LAS REPERCUSIONES
Si bien la venta aún no se produjo, afirma que además de la gran cantidad de ofertas laborales que recibió, lo ayudó a contactarse con personas muy entusiasmadas e interesantes. También ha recibido innumerables mensajes en los cuales le hablan de lo mucho que les emocionó el video y aquellos que le dijeron que estaban a punto de vender el auto y ahora se lo van a quedar. “Algunos ofrecían montos muy por debajo de su precio y otros lo querían para hacer negocio, y la verdad es que, en lo posible, deseo que el auto lo compre alguien que realmente quiera disfrutarlo”, comentó Diego en la siguiente entrevista.
—IDA Y VUELTA
—¿Qué significa para vos el auto?
—Significa un buen amigo que en los últimos kilómetros que viene compartiendo conmigo, me llevó a un lugar que no conocía, me llevó a casi todos los países de habla hispana y otros también. Ya no le puedo pedir nada.
No es fácil acceder –por ejemplo- al primer auto, eso quizás lo dota de una valoración inicial que luego va quedando atrás para dar lugar a la “ganancia” que ese sacrificio te devuelve, ya que es inevitable vivir experiencias felices sobre esas cuatro ruedas. Después viene todo el tema de los fans de una marca u otra, o los fans del naftero y los del diesel, y ni hablar de los viajes, el auto aparece en las mejores fotos de tu vida y pocas imágenes resultan más bellas que tú 206 en un paisaje al atardecer, con vos y tu pareja apoyados en el capot y el mate al lado. En síntesis, no hay manera de considerar que ese montón de chatarra sea un simple vehículo.
—¿Cómo te gustaría que fuera el próximo dueño?
—Hombre o mujer, 1,73 de estatura, con ganas de tirar la cartera o la mochila en el asiento de atrás y ponerlo en marcha con una sonrisa. Me gustaría que fuera alguien que disfrute del arte y se maraville con personas inteligentes y geniales, alguien que disfrute de acercar gente hasta algún lugar y que a veces, muy cada tanto, se detenga al costado en una gran avenida, apoye sus brazos rodeando el volante y mire pasar la locura de la ciudad para permitirse no entender, así como parar al costado de la ruta sin la mínima gana de mear. Me gustaría que fuera un mejor dueño que yo.
—¿Una anécdota?
No tengo una anécdota muy relevante que merezca integrar una antología, pero la anécdota que este petiso me tenía preparada con el video superó todo y supongo que ese fue el mejor viaje para ambos.
—A la hora de salir a la calle ¿preferís ir sólo o acompañado?
—Según la situación. Un viaje en ruta siempre es con compañía y mate obligado, o en la ciudad cuando el tránsito es un caos, a veces ir acompañado charlando supera lo que sale de la radio. Pero eso sí, volver a casa de madrugada manejando solo con algo de música y a baja velocidad, es y será siempre un placer.
—¿El mejor copiloto?
—Aquel que guarda silencio durante un rato y solo lo rompe para preguntar: “¿Alguna vez trataste de estornudar con los ojos abiertos?”. También el que ayuda con las calles cuando venís medio perdido, o el que te cuenta una buena anécdota al pasar por un hotel alojamiento. No todos podemos ser buenos pilotos, pero con un poco de buena voluntad, todos podemos ser grandes copilotos.
—¿Algún consejo para aquellos que están vendiendo su auto?
—Pidan buena guita, no crean que el interesado va a reparar en las historias de vida que vienen en el baúl. Eso sí, cuando cierren la operación, entreguen el auto con el tanque lleno, demuestren que ustedes entendieron todo y no miran el mundo desde el chiquitaje, sino desde un lugar mucho más amplio y hermoso, un mundo donde los autos se llevan tu corazón por un rato y te lo devuelven con el cambio de aceite y filtros recién hecho.
¿Quién dijo que los automóviles no tienen sentimientos? Para vender su auto usado, un creativo argentino impactó con un video que se hizo viral en las redes.
“Mirame bien, soy apenas un auto usado pero yo también los usé a ellos”, así comienza el video titulado “Se vende solo” creado por el redactor creativo Diego López Calvo de 46 años. El argentino es el guionista, locutor y realizador del video cuyo protagonista es un Peugeot 206 que “habla” en primera persona y menciona sus virtudes y defectos en la búsqueda de un nuevo dueño.
El video que tiene una duración aproximada de tres minutos, fue publicado en las redes por su autor quien buscó una manera creativa de vender su auto y nunca imaginó la popularidad que lograría.
EL COMIENZO
Su necesidad de ahorrar para mudarse lo llevó a escribir el guión que le da vida al auto. “Lo que tenía en casa era un celular dispuesto a hacerme la gamba y unas ganas enormes de escribir un poco, aprovechando una bendición que pocas veces se presenta: esta vez nadie más que yo iba a aprobar el guión”. Pensando en cada sector del auto y dándole vida a cada uno de ellos, comenzó a escribir frases aisladas que luego hilvanadas formaron el relato. Diego usó sus madrugadas y ratos libres para llevar a cabo el video a lo largo de un mes, como locación principal usó la casa de sus padres, donde aprovechaba a lavarlo para hacer los planos. “Escribí todas las frases que me iban gustando y me generaban lo que llamo “la patadita”, es decir, ese golpecito de alegría que te da en el pecho cuando leés algo que te llega y te parece que va a funcionar”.
LAS REPERCUSIONES
Si bien la venta aún no se produjo, afirma que además de la gran cantidad de ofertas laborales que recibió, lo ayudó a contactarse con personas muy entusiasmadas e interesantes. También ha recibido innumerables mensajes en los cuales le hablan de lo mucho que les emocionó el video y aquellos que le dijeron que estaban a punto de vender el auto y ahora se lo van a quedar. “Algunos ofrecían montos muy por debajo de su precio y otros lo querían para hacer negocio, y la verdad es que, en lo posible, deseo que el auto lo compre alguien que realmente quiera disfrutarlo”, comentó Diego en la siguiente entrevista.
—IDA Y VUELTA
—¿Qué significa para vos el auto?
—Significa un buen amigo que en los últimos kilómetros que viene compartiendo conmigo, me llevó a un lugar que no conocía, me llevó a casi todos los países de habla hispana y otros también. Ya no le puedo pedir nada.
No es fácil acceder –por ejemplo- al primer auto, eso quizás lo dota de una valoración inicial que luego va quedando atrás para dar lugar a la “ganancia” que ese sacrificio te devuelve, ya que es inevitable vivir experiencias felices sobre esas cuatro ruedas. Después viene todo el tema de los fans de una marca u otra, o los fans del naftero y los del diesel, y ni hablar de los viajes, el auto aparece en las mejores fotos de tu vida y pocas imágenes resultan más bellas que tú 206 en un paisaje al atardecer, con vos y tu pareja apoyados en el capot y el mate al lado. En síntesis, no hay manera de considerar que ese montón de chatarra sea un simple vehículo.
—¿Cómo te gustaría que fuera el próximo dueño?
—Hombre o mujer, 1,73 de estatura, con ganas de tirar la cartera o la mochila en el asiento de atrás y ponerlo en marcha con una sonrisa. Me gustaría que fuera alguien que disfrute del arte y se maraville con personas inteligentes y geniales, alguien que disfrute de acercar gente hasta algún lugar y que a veces, muy cada tanto, se detenga al costado en una gran avenida, apoye sus brazos rodeando el volante y mire pasar la locura de la ciudad para permitirse no entender, así como parar al costado de la ruta sin la mínima gana de mear. Me gustaría que fuera un mejor dueño que yo.
—¿Una anécdota?
No tengo una anécdota muy relevante que merezca integrar una antología, pero la anécdota que este petiso me tenía preparada con el video superó todo y supongo que ese fue el mejor viaje para ambos.
—A la hora de salir a la calle ¿preferís ir sólo o acompañado?
—Según la situación. Un viaje en ruta siempre es con compañía y mate obligado, o en la ciudad cuando el tránsito es un caos, a veces ir acompañado charlando supera lo que sale de la radio. Pero eso sí, volver a casa de madrugada manejando solo con algo de música y a baja velocidad, es y será siempre un placer.
—¿El mejor copiloto?
—Aquel que guarda silencio durante un rato y solo lo rompe para preguntar: “¿Alguna vez trataste de estornudar con los ojos abiertos?”. También el que ayuda con las calles cuando venís medio perdido, o el que te cuenta una buena anécdota al pasar por un hotel alojamiento. No todos podemos ser buenos pilotos, pero con un poco de buena voluntad, todos podemos ser grandes copilotos.
—¿Algún consejo para aquellos que están vendiendo su auto?
—Pidan buena guita, no crean que el interesado va a reparar en las historias de vida que vienen en el baúl. Eso sí, cuando cierren la operación, entreguen el auto con el tanque lleno, demuestren que ustedes entendieron todo y no miran el mundo desde el chiquitaje, sino desde un lugar mucho más amplio y hermoso, un mundo donde los autos se llevan tu corazón por un rato y te lo devuelven con el cambio de aceite y filtros recién hecho.